En
el documento publicado por el Centro de Estudios sobre Innovación y Dinámicas
Educativas en Enero de 2012 se dan a conocer una serie de pistas mediante las
cuales los profesores pueden enseñar a llevar a cabo el pensamiento crítico.
El
pensamiento crítico es un proceso cognitivo que se propone analizar o evaluar
la estructura o consistencia de la manera en la que se articulan las secuencias
cognitivas que pretenden interpretar y representar el mundo, en particular las
opiniones o afirmaciones que en la vida cotidiana suelen aceptarse como
verdaderas. http://es.wikipedia.org/wiki/Pensamiento_cr%C3%ADtico [en línea]
Dentro
de estas pistas, en primer lugar nos encontramos con la acción de preguntar.
Preguntar es el núcleo del pensamiento crítico. A través de las preguntas se
crea un entorno de curiosidad por conocer información acerca de nuevos temas.
Según el profesor Jared Kushida, “Muy
raramente avanzo más de treinta minutos sin preguntar algo y raramente también
me detengo en esa pregunta”. Con esta cita del profesor Kushida, nos quiere
transmitir que durante las clases en su aula, no dedica todo el tiempo de clase
a hablar él únicamente, sino que plantea interrogantes a sus alumnos para que
sean partícipes de la clase. Los profesores toman el poder y son ellos los que
comienzan planteando el mayor número de preguntas posibles para que así sus
alumnos se den cuenta de cómo pueden introducir una pregunta a lo largo de la
clase.
La
segunda pista trata de que el profesor plantee a sus alumnos cierta pregunta
provocadora para que ellos mismos sepan cómo defenderse y aportar argumentos
sobre dicha pregunta. Cuando los alumnos de una clase no tienen la misma forma
de pensar que el profesor que imparte la clase, lo más probable es que el
alumno reproche lo que el profesor ha dicho. Por tanto, esta será una buena
forma de que los alumnos intervengan a la hora de hablar en el aula.
En
tercer lugar es aconsejable dar herramientas a los estudiantes para entrar en
la conversación. Estas herramientas de conversación normalmente son una serie
de conectores para que los alumnos comiencen a expresar su conocimiento
crítico. Desde mi punto de vista, estas herramientas consiguen facilitar la
entrada a la conversación por parte de los alumnos.
La
ejemplificación de las expectativas del profesor se sitúa en la cuarta pista.
La mejor manera de aprender es por imitación. El profesor debe de ensañar a sus
alumnos las expectativas que él tiene sobre el tema a debatir, ya sean
expectativas buenas o malas.
Posteriormente,
el profesor ha de impulsar la polémica constructiva entre sus estudiantes. Las
discusiones siempre implican la diferencia de perspectivas. Es bueno que el
profesor comience el debate en la clase y que a partir de ahí los alumnos
discutan sobre dicho tema, siempre y cuando lo hagan de una forma adecuada, con
el respeto hacia los demás.
Más
adelante, el profesor es el encargado de organizar una serie de discusiones
socráticas. Según las sugerencias de los docentes del KIPP King Collegiate High
School (California, EEUU), la discusión socrática es el método de investigación
en el que los participantes se intercambian preguntas que ponen a prueba la
lógica con el propósito de alcanzar una mayor comprensión o claridad. Los
profesores suelen organizar discusiones socráticas para dar la oportunidad a
los estudiantes de que se desafíen intelectualmente.
Una
vez que los alumnos están interesados en el debate realizado en clase, se lleva
a cabo una evaluación del razonamiento de dichos alumnos a través de diferentes
métodos. A través de la realización, por parte de los estudiantes, de ensayos,
discusiones socráticas y presentaciones, el profesor verá el resultado de
llevar a cabo los distintos pasos del pensamiento crítico.
Por
otro lado se puede distinguir otro tipo de evaluación. Este tipo consiste en la
evaluación entre estudiantes. Una buena forma de que los estudiantes aprendan
es evaluando unos a otros la forma de llevar a cabo las discusiones socráticas.
Así mismo, el estudiante que evalúa, a su vez será evaluado por otro compañero y
al finalizar dicho debate se podrán llevar a cabo los aspectos que se pueden
mantener y aquellos que han de ser modificados.
La
última pista del pensamiento crítico es el paso del profesor a un segundo
plano. Según McNulty “Cuando te eliminas
de la ecuación, realmente fueras a los chicos a progresar”. Con ello
McNulty quiere decir que el profesor llega a un momento en el que debe situarse
en un segundo plano, es decir, debe dejar a sus estudiantes que lleven la clase
para que lleguen a unas conclusiones inesperadas que son más relevantes para
ellos.
En
resumen, desde mi punto de vista, usar un pensamiento crítico implica un
esfuerzo, porque hay que molestarse en pensar, en buscar información, analizar
y llegar a una conclusión que, además, puede ir en contra de lo que piensan las
personas que están a tu alrededor. Por tanto, ¿porqué no nos situamos en una
postura en la que tengamos que pensar lo menos posible y adquirir las ideas de
los demás?
Esta
postura sin duda es la más cómoda, pero al ejercerla, tú mismo te vuelves
dependiente de las personas que te rodean, te impiden practicar dicho
pensamiento crítico y llevar a cabo un ejercicio mental en el cual generas tus
propias ideas.
Pienso
que cada vez que una persona usa su pensamiento crítico está obteniendo
pequeños logros personales que le ayudan a ser más independiente de la
sociedad.